Este pasado martes 25 de junio, la Corte Suprema de Israel decretó que no había base para eximir a los judíos ultraortodoxos del servicio militar. Decisión amenazante para el gobierno de Benjamín Netanyahu por el trato especial que le ha dado líder sionista a esta minoría hebrea.
En este sentido, la decisión fue tomada de manera unánime por los nueve jueces de la Corte Suprema de Israel. Ya que, estos sostienen que dada la ausencia de una ley que distinga entre seminaristas y otros hombres en edad de alistarse, el tribunal dictaminó que las leyes de servicio obligatorio del país deben aplicarse igualmente a la minoría ultraortodoxa.
Una nación dividida
Por otro lado, horas después de la sentencia, la asesora legal y fiscal general, Gali Baharav-Miara, instó al Ministerio de Defensa a reclutar de forma inmediata e inicial a 3 mil estudiantes de Yeshivot más “de acuerdo a las necesidades y capacidades actuales del Ejército” que se sumarían a los 1 mil 300 ya en servicio.
Esta acción tomada por el poder judicial del país hebreo se ha visto como un “ataque al estudio de la Torá en el Estado judío”. Hecho que generará una significante división entre los judíos laicos y los ultraortodoxos, puesto que estos últimos, con privilegio, se aferran a que sus estudios religiosos son igual de importantes que ir a la “guerra en Gaza”.
La facción ultraortodoxa representa la coalición de Netanyahu, por lo tanto, este debe convencer a sus socios jaredíes sobre el número a reclutar en la nueva ley que promueve en la Knésset. Además de otros varios diputados de su propio partido que se oponen porque no responde a las exigencias en el momento más crítico en la historia del país.
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