Fuentes internas del partido de oposición Primero Justicia (PJ) informaron al medio de comunicación Globovisión, que no respaldarán ningún gobierno en el exilio. Además, manifestaron que tampoco apoyaran sanciones adicionales que atenten contra la estabilidad de Venezuela.
Se conoció que los integrantes de esta tolda política firmaron un documento, en el cual expresaron su posición con respecto a las presiones ejercidas por factores de la extrema derecha. Estos señalamientos a factores de oposición buscan apoyo para reconocer al excandidato de la autodenominada Plataforma Unitaria como presidente de la República de Venezuela.
“Ayer los derrotamos. Aprobamos un documento que establece que no vamos a apoyar ningún gobierno en el exilio y que estamos en contra de sanciones al país”, dijo la fuente de PJ a Globovisión.
Dilema de la oposición
Tras los comicios del pasado 28 de julio, los partidos que respaldan a la inhabilitada política María Corina Machado y al excandidato de la autodenominada Plataforma Unitaria, Enrique González Urrutia, enfrentan un dilema crucial.
Luego de la contundente y comprobada victoria del presidente Nicolás Maduro, la violencia política posterior a las elecciones debilitaron la agenda de la derecha extrema. La desmovilización en las calles se acrecentó, lo que dejó en evidencia el impacto de esta crisis.
Asimismo, la incertidumbre sobre las consecuencias de mantener posturas similares al “proyecto Guaidó” ha intensificado la lucha interna dentro de partido Primero Justicia. Esta lucha se agrava por las diferentes facciones que coexisten y defienden agendas contrastantes.
Una muestra de este conflicto se evidenció el pasado viernes, cuando Henrique Capriles reveló que Julio Borges, prófugo de la justicia, planeaba ser canciller del gobierno interino, omitiendo su intención al partido Primero Justicia. Esto provocó su negativa a firmar el acuerdo de solución pacífica y democrática para Venezuela, el cual se discutió en República Dominicana.
Capriles criticó a Borges por su falta de ética y su financiamiento para desacreditar a aliados, expresando su arrepentimiento por la amistad mantenida y su desconfianza en Borges como figura política. Este último es aliado de la estrategia de Machado de ejercer presión para desconocer los resultados legítimamente comprobados que da la victoria de la elección presidencial a Nicolás Maduro.
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